Entre los años 1580 y 1590 la peste devastó la región del Barbanza quedando en este municipio una aldea, la de Abuín, abandonada y maldita. Este abandono tiene tras de sí diversas historias como posible origen de su desaparición además de la peste. Existe la leyenda que nos habla del asalto de los lugareños al monasterio de Armenteira y del fallecimiento del cura del pueblo al día siguiente. Habla otra leyenda de que sus habitantes fueron exterminados por los pueblos nórdicos en las invasiones de la zona. La realidad nos lleva a pensar en la teoría de la peste como más fiable, entre otras cosas porque por ejemplo, la peste en Galicia entró por el Grove a principios del siglo XVI y la primera aldea antes de entrar en Rianxo es precisamente la de Abuín.
En el siglo XVI ya hay constancia de su existencia de un hospital de peregrinos pobres, aunque estaba en muy mal estado. A mediados del siglo XVIII y según el catastro de Ensenada vivían en Rianxo 375 vecinos aunque solamente 300 casas además de 12 arruinadas. Había 40 pobres de los que 7 eran hombres y el resto mujeres viudas, huérfanas e impedidas. La población se dividía de la siguiente forma: un juez, 30 tratantes de pescado, 88 marineros, 80 labradores, 76 viudas, 9 hombres casados ausentes, 21 mujeres solteras, 11 hidalgos y señores y 5 notarios. Se pagaban a Su Majestad 324 reales por Servicio Ordinario y 450 reales por derechos sobre la carne. Además se pagaba en impuesto sobre las tierras conocido como "diezmo" y que consistía en pagar de diez uno en todos los frutos de grano, vino, lino, lana y corderos.
Con las Cortes de Cádiz de 1811 quedan suprimidos todos los señoríos jurisdiccionales y fueron abolidos los dictados de vasallos y vasallaje, dejando de ser de esta forma el arzobispo de Santiago dueño y señor de Rianxo. En 1836 se reestructura el municipio: los tres municipios de la comarca rianxeira, Rianxo, Taragoña y Asados desaparecen y queda conformado por las siguientes parroquias: Santa Comba de Rianxo, San Salvador de Taragoña, Santa Baia do Araño, Santa María de Asados, Santa María de Leiro y Santa María de Isorna. El título de "villa" a Rianxo ya le venía de antiguo siendo definida con ese término en el siglo XVIII en el libro de Floridablanca y en un manuscrito de Cornide datado en 1786.
El despegue económico de Rianxo en el siglo XIX corre por cuenta de la pesca de la sardina, las fábricas de salazón y conserveras. En 1830 ya solamente quedaba una empresa de salazón y conserva. Las infraestructuras más reseñables en ese año eran: dos escuelas nacionales de niños y niñas, telégrafos, un aserradero mecánico, fábricas de tejas y ladrillos y bastantes carpinterías de ribera. El correo de Santiago se recibía por medio de un cartero los miércoles y los sábados y salía los lunes y los jueves. Existía también una casa dedicada al hospedaje de vecinos pobres y enfermos. La luz llegará a Rianxo en 1925 gracias al cirujano Ángel Baltar, y será suministrada por una fábrica de producción en la villa.
Destacará la parte final del siglo XIX y los comienzos del siglo XX por la presencia de un activo movimiento cultural y político siendo cuna de nombres tan importantes en la cultura gallega como Castelao, Rafael Dieste, Manuel Antonio, Brea Segade, Eduardo Dieste y Xosé Arcos, este último nacido en Boiro aunque de muy pequeño pasó a vivir en esta villa, entre otros.
En la actualidad la principal actividad económica es la derivada del mar, especialmente la dedicada a la explotación de las bateas de mejillón y el marisqueo de almeja y berberecho. Hay también algunos astilleros de Ribera de construcción y reparación de la flota. Destacaremos también en los últimos años el incremento de la actividad dedicada al turismo.
1 2