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Santa Baia de Boiro

 Será el arzobispo Diego Xelmírez el que tras una visita al arciprestazgo de Postmarcos el que impulse personalmente la reconstrucción de este templo que posiblemente fue destruido por las razias de la piratería normanda. Esta reconstrucción se realizó en pleno Camino Real de Boiro. La historia así se cuenta en la obra Historia Compostelana o "Hechos de Don Diego Xelmírez" empleándose para su reconstrucción el estilo del Románico u ojival. De esta época se conservan escasos restos en el interior en los capiteles.
 Originalmente tenía bóveda, coro y una espadaña a un lado de sus paredes con dos campanas. Posteriormente se producirán varias restauraciones y modificaciones que hoy en día podemos encontrar en el centro de este hermoso municipio del Barbanza. La capilla mayor en la que se encuentra el presbiterio y el altar mayor, fue terminada en el  año 1601 siguiendo las instrucciones del maestro cantero Gaspar de Arce que lo era de la Catedral de Santiago.
  En el siglo XVIII se acometen nuevas reformas y ampliaciones cuyo resultado nos dará la iglesia actual. Estas reformas fueron acometidas debido al aumento demográfico en la zona que comenzaba a producir ciertos problemas de espacio. Fueron reconstrucciones realizadas en el estilo del barroco rural, aunque tiene también rasgos del neoclásico gallego, conservándose en su interior obras de artistas y artesanos gallegos. Sobresalen en la iglesia la torre-campanario y la fachada con balaustrada barroca. En la capilla lateral donde se encuentra el baptisterio destaca el escudo con la sirena, signo inequívoco de los Mariño, señores de estas tierras.
 Existen en la iglesia dos marcas en un perpiaño situadas en el muro meridional, aunque se desconoce la edad en que fueron realizadas. También a destacar por su gran valor arquitectónico tenemos la casa rectoral junto al Camino Real que era la principal vía de entrada y salida de Boiro.

Santa Maria do Castro
  
    Construida en 1600, según la tradición los marineros acudían al lugar para rogar o dar gracias a la santa mientras daban vueltas de rodillas alrededor del templo. Se encuentra en un paraje excepcional, rodeado por bosques de pinos y con una pequeña robleda.
   Es un templo de una nave y ábside rectangular. De escaso valor arquitectónico, con una evidente desproporción entre sus partes. En el atrio existe un cruceiro de gran calidad escultórica.


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