HISTORIA
Desde la prehistoria se puede decir que este ayuntamiento estuvo habitado por el hombre y de ello dan cuenta los numerosísimos restos arqueológicos que encontramos a lo largo y ancho de su territorio. Por citar algunos tenemos los castros (hasta trece) como los de Gosende, Mirás o San Ourente; mámoas (más de 30) como las de Millareira y Mendoña de Cando o petroglifos como los de Fontemoureira o Carballa da Cova.
De los romanos nos quedan bastantes restos de una de sus calzadas, la “Per loca marítima” que era la más extensa de las cuatro que cruzaban Galicia y que bordeaba toda la costa gallega desde el siglo I antes de Cristo. Ésta nacía en Braga (Portugal) y a través de Padrón cruzaba luego la sierra del Barbanza para luego entrar por Pontenafonso en el territorio llamado Supratamaricci (los habitantes de más arriba del Tambre) y dejando atrás a los Praestamaricci o los que vivían más abajo del Tambre y que llegaban hasta la desembocadura del río Ulla.
Los suevos en el siglo V son los que dividirán el territorio en muchas de las actuales parroquias que sufrirían sobre todo los ataques primero de los piratas vikingos y normandos durante años y luego de los musulmanes, que, si bien no lograron establecerse por estas tierras, sí atacaron innumerables veces desde sus escondrijos del monte Louro o la isla de la Creba los pueblos costeros de la zona hasta ser expulsados por la escuadra creada por el arzobispo Diego Gelmírez.
Tuvo importancia notable la tradición jacobea y varios caminos fueron los que desde Finisterre a través de san Lourenzo a través de las montañas hasta Serra de Outes y unían los primero a Noia por Pontenafonso y luego a Santiago como final de la peregrinación de las gentes.
Familias importantes que gobernaron estas tierras fueron los Marqueses de A Serra en Outes que fue creado por Carlos II en favor de don Fernando Antonio Pablo Mariño de Lobeira Andrade y Sotomayor, Mariscal de Campo y el arzobispado de Santiago las demás parroquias del ayuntamiento. Además, son importantes las familias de los Mariño, Lobeira o Soutomaior que dejaron importantes construcciones civiles como el Pazo da Serra, Torre da Laxe, Castelo de Outes, etc.