Pazo da Merced
Propiedad privada no visitable. Próximo a la costa y no vinculado a ninguna entidad de población. Se integra perfectamente en su ámbito. Muros de mampostería de granito, revocados y encalados. Elementos de cantería vistos.
Planta rectangular con capilla adjunta. En la planta superior son de destacar dos balcones con barandas de hierro. En el interior se conserva un gran poste de granito. Existen construcciones anexas en la parte posterior, así como una fuente de cantería.
Entre 1917 y 1921, alternando con su domicilio de Madrid, Valle-Inclán vivió fecundos años en A Merced. Momento en el que escribe parte significativa de su producción literaria y nacen dos de sus hijos: Carlos Luis Baltasar (1917) y María de la Encarnación Baltasara (1919).
Paradójicamente sufre una mezquina penuria económica por su ambición campesina (se dedicó por un tiempo exclusivamente a la agricultura y no obtuvo muy buenos resultados) que pronto se convirtió en un fracaso.
Desengañado, en "Luces de Bohemia" se encarnaría en el Marqués para confesar a Rubén Darío: "No me han arruinado las mujeres con haberlas amado tanto, y me arruina la agricultura".
A Merced es un edificio de granito de O Barbanza, ese granito con el que Valle, en buena rima, dejó escrito que quería construir su casa: "Quiero hacer una casa estoica murada en piedra del Barbanza, la casa de Séneca, heroica de templanza. Y sea labrada de piedra; mi casa Karma de mi clan, y un día decore la hiedra sobre el dolmen de Valle-Inclán " (El Pasajero).
En el siglo XV era una capilla atendida por ermitaños. Su conversión en un priorato benedictino marca las páginas más brillantes de su historia, que acabaría con las leyes de Desamortización.
Actualmente está en ruinas, tras un incendio ocurrido en 1983, de manera que actualmente solo se conserva la capilla y la fachada principal del pazo.